Economia de Italia

Economía de Italia:

La economía italiana se ha visto muy afectada por la crisis financiera mundial: desde 2007 se ha contraído más de 9% y ha sufrido 13 trimestres de recesión. En el primer trimestre de 2015 se consiguió salir de la recesión, mientras que en 2017 el crecimiento se aceleró a 1,5% del PIB, gracias a un aumento de la demanda interna y el dinamismo del comercio exterior. A nivel sectorial, el valor agregado de la industria creció 2% en 2017, seguido por un aumento de 1,5% del sector de servicios y de 0,8% de la construcción, compensado por una caída de 4,4% del sector agrícola. Para 2018, los analistas del FMI prevén un crecimiento del PIB de 1,1%. La deuda pública –de 131,6% del PIB en 2017– sigue siendo de las más altas del mundo, aunque debiera bajar a 127,7% en 2019. El déficit presupuestario fue de 2,1% en 2017, y debiera bajar a 1,6% y 1,1% en 2018 y 2019 respectivamente.

No obstante, Italia debe afrontar diferentes desafíos, como la llegada de 120.000 inmigrantes en su territorio en 2017, lo que llevó a una crisis humanitaria. Además, se han manifestado problemas de inestabilidad política: en diciembre de 2016, a través de un referendo los italianos votaron que “no” (59%) a una reforma constitucional, forzando la renuncia del primer ministro Renzi. En las elecciones de marzo de 2018, se produjo la subida del Movimiento 5 Estrellas (M5S) antisistema y el partido de derecha Lega, mientras que el Partido Democrático (de izquierda) tuvo resultados históricamente bajos. Aún así, ninguno de estos partidos acaparó una mayoría absoluta en ambas cámaras del parlamento, y aún no queda clara qué coalición gobernará el país en los próximos cinco años.

La tasa de inflación permanecerá estable en los próximos cinco años, en torno a 1,4%. La tasa de desempleo, que ha subido desde la crisis financiera global, se mantiene en 11,2%, pero el desempleo entre los jóvenes es elevado (37,1%). Las desigualdades regionales entre un norte industrializado y dinámico, y un sur pobre y rural, siguen siendo elevadas. El crimen organizado sigue siendo un problema.

Principales sectores económicos:

Italia es una de las potencias agrícolas más importantes de la Unión Europea, siendo el mayor productor europeo de arroz, frutas, hortalizas y vino. El sector agrícola aporta 2,1% del PIB italiano y depende de la importación de materias primas usadas en la producción agrícola por los limitados recursos naturales con que cuenta el país. Estas importaciones son responsables de más del 80% de la energía del país. El sector primario emplea a 5% de la fuerza laboral.

La actividad industrial italiana se concentra sobre todo en el norte del país (con ciudades como Milán, Turín y Venecia). El tejido industrial italiano está formado mayoritariamente por pequeñas y medianas empresas familiares; más del 90% de las empresas industriales tiene menos de 100 empleados. Italia es el primer exportador mundial de bienes de lujo. Las principales industrias se dedican a maquinaria de precisión, vehículos a motor, productos químicos y farmacéuticos, artículos eléctricos, moda y prendas de vestir. El país ha sufrido una fuerte desindustrialización, pero sigue siendo la segunda potencia manufacturera de Europa y la séptima del mundo. El sector industrial representa 24% del PIB y emplea a 25,6% de la población activa.

El sector de servicios representa 73,9% del PIB y emplea a 69,3% de la mano de obra. El turismo desempeña un papel fundamental, siendo uno de los sectores más rentables y de mayor crecimiento. Italia es el tercer destino turístico de la Unión Europea y el quinto del mundo.